El tartamudeo creador de Ghérasim Luca en el poema
"Passionnément".
Claire Parnet: El estilo es
una fuga….en sentido musical….
Deleuze: Excavar en la
lengua una lengua extranjera y llevar a todo el lenguaje a una especie de
límite... músical. Eso es tener un estilo, sí.
Claire Parnet: ¿Y tú
piensas que tienes un estilo?
Gilles Deleuze: ¡Oh,
perfidia!
Claire Parnet: De primeras,
puedo decirte que ha cambiado, desde los primeros libros hasta hoy. Como si se
hubiera simplificado.
Gilles Deleuze: Pues bien,
escucha... si hay una prueba del estilo, es la variabilidad, y por regla
general se va hacia algo cada vez más sobrio, lo que no significa que sea menos
complejo. Pienso en uno de mis objetos de admiración, desde el punto de vista
del estilo: Kerouac. Al final, Kerouac es una línea japonesa, es verdaderamente
un dibujo japonés, una línea, una pura línea japonesa, su estilo... Que se vaya
hacia una sobriedad... pero que entonces implica asimismo una creación,
verdaderamente la creación de una lengua extranjera en la lengua. Así, pues, un
estilo –pienso también en Céline, es muy curioso. Cuando la gente seguía
diciendo a Céline: «Ah, usted ha introducido la lengua hablada en la lengua escrita»,
lo que ya era una majadería, porque, de hecho, hace falta todo un tratamiento
escrito en la lengua, hay que crear una lengua extranjera en la lengua para
obtener por escrito el equivalente del habla. Él no introduce lo hablado en la lengua:
eso es una estupidez. Pero cuando se le hacen esos cumplidos, él sabe muy bien
que está muy lejos de lo que le gustaría... y será en la segunda novela, en,
mierda, en Muerte a crédito –¿se llama así?–, en Muerte a crédito llega a
aproximarse. Pero en el momento de Muerte a crédito, cuando le dicen: « ¡Oh, ha
cambiado!». Pero él sabe de nuevo que está muy lejos de lo que quiere. Y que lo
que quiere lo va a conseguir con Guignol’s Band, donde, en efecto, la lengua es
empujada a tal límite que... se acerca al máximo a una música. Ya no es un
tratamiento de la lengua que hace una lengua extranjera: es todo el lenguaje
empujado a un límite musical. Entonces, sí, un estilo cambia por naturaleza, tiene
su variación.
Claire Parnet: Eso también
es cierto en el caso de Péguy; se suele pensar en Steve Reich cuando se lee a
Péguy, en esa música repetitiva con...
Gilles Deleuze: Sí, salvo
que Péguy es mucho mayor estilista que Steve Reich...
Claire Parnet: Que Steve
Reich, sí... Pero no has respondido a mi perfidia: ¿Piensas que tienes un
estilo?
Gilles Deleuze: A mí me
gustaría, qué quieres que te diga –a mí me gustaría. De primeras, digamos que
para ser un estilista, es preciso que uno viva el problema del estilo. Puedo responder
más modestamente: para mí, el problema del estilo lo vivo, sí... Y no escribo
pensando: «El estilo ya llegará». No se me escapa que no conseguiré el movimiento
de los conceptos al que aspiro si ello no pasa por el estilo.
Claire Parnet: ¿Y la
necesidad de la composición?
Gilles Deleuze: Y estoy
dispuesto a reescribir diez veces la misma página si...
Claire Parnet: Así, pues,
el estilo es como una necesidad de composición de lo que escribes, en fin, la
composición interviene de una manera muy... muy primordial, muy...
Gilles Deleuze: Ahí creo
que tienes toda la razón, es otra cosa. Lo que tú dices es: ¿es ya la
composición de un libro una cuestión de estilo? Yo creo que lo es
completamente, sí, sí. La composición de un libro es algo... que no se decide
con anterioridad, se hace al mismo tiempo que el libro se hace. Pero yo veo,
por ejemplo, en libros que he hecho, si se me permite invocarlos... hay dos
libros, por ejemplo, que me parecen compuestos... yo siempre he dado importancia
a la composición misma. Pienso, por ejemplo, a un libro que se llama Lógica del
sentido, que está compuesto de series, y que para mí es a decir verdad una especie
de composición serial; y luego Mil Mesetas, en el que hay una composición
mediante mesetas, donde las mesetas son cosas... La composición es un elemento fundamental
del estilo, sí, sí.
Claire Parnet: Y en tu
expresión, recordando una frase que has dicho antes, ¿estás ahora más cerca de
lo que querías hacer hace veinte años, o se trata de algo completamente distinto?
Gilles Deleuze: En la
actualidad, en lo que hago, tengo la impresión de que me acerco... a lo que
todavía no se ha hecho; tengo el sentimiento de que me acerco, de que tengo
algo que buscaba y que no había encontrado, sí.
Claire Parnet: Y el estilo
no es sólo literario. ¿Tú eres sensible al mismo en todos los dominios? Por
ejemplo, tú vives con la elegante Fanny, y tu amigo Jean-Pierre es también muy elegante.
¿Tú eres muy sensible a esa elegancia?
Gilles Deleuze: Sí, en eso
siento que me superan. Me gustaría ser muy elegante, pero no se me escapa que
no lo soy y... pero la elegancia, para mí, es algo... incluso percibirla
–quiero decir que hay ya una elegancia que consiste en percibir lo que es la elegancia,
¿no?... porque si no, hay gente que pasa a tu lado y que, por ejemplo, lo que
llaman elegancia no es elegancia en absoluto, es... Así, pues... una cierta
retención de la elegancia ya forma parte de la elegancia. Esto es algo que me
interesa mucho, forma a su vez un dominio, es como todo: en cierto modo se
aprende.
Hay que estar un poco dotado, pero en cierto modo se aprende, sí.
Pero, ¿por qué me dices eso?
Claire Parnet: Por el
estilo, que es de todos los dominios.
Gilles Deleuze: Bueno,
desde luego, es –pero, en fin, ese aspecto no pertenece después de todo al gran
arte, ¿no?... Lo que hay, tal vez, lo que habría que... sí, no, sí, no.
Claire Parnet: ¿Habría
que...?
Gilles Deleuze: No sé, es
que... Yo tengo la impresión –es más, no dependen sólo de la elegancia, que es
algo que yo admiro mucho, pero lo que es importante en el mundo es todo lo que
emite signos. Entonces, iba a decir que la... la no elegancia, la vulgaridad
también, emiten signos. Entonces, en... por esa razón, sin duda, me gustó tanto
y me sigue gustando Proust. La mundanidad, sí, la mundanidad, las relaciones
mundanas son emisiones de signos fantásticas. Lo que se conoce como «metedura
de pata» es una no comprensión en un signo. Sabes, se trata de signos que la
gente no comprende, y entonces... Pero la mundanidad como medio de abundancia
de signos vacíos, absolutamente vacíos –esos signos no tienen ningún interés,
sino que son las velocidades de emisión, la naturaleza de su emisión –lo que
nos devuelve a los mundos animales, porque los mundos animales también... son
esa emisión de signos fantástica, ¿no?, los animales y los mundanos son los
maestros de los signos...
Claire Parnet: Por otra
parte, tú no sales mucho, ¡pero siempre has sido más sensible a las veladas
mundanas que a las conversaciones conviviales!
Gilles Deleuze: Pues sí,
porque, por lo menos, en los ambientes mundanos no se discute, no tienen esa
vulgaridad... y la conversación está absolutamente... llena de ligereza, es decir,
de evocaciones sumamente rápidas, de velocidad de la conversación, todo eso...
ahí también encontramos emisiones de signos muy interesantes, sí.
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Nos quedamos en la pagina 129- Seguimos con el apartado IV para el próximo encuentro.!